[Leyenda que cuentan en Ponferrada acerca de una misteriosa dama que se aparece, en el camino, a todo aquel que "esté pinocho" (vamos, que tenga el miembro como el campo del Valencia: "Mestalla")]
Oigan la historia que les cuento
Por testigo pongo al tiempo, que asĂ ocurriĂł:
El dios de la lluvia gemĂa y lloraba
Y, por séquito, la niebla le acompañó
Segundos antes de medianoche
En la hora en que las brujas toman el té
Donde el horizonte del bosque se esconde
En un claro, un posada a lo lejos se ve
Su nombre era Kelpie
La dama del amanecer
En la noche de los difuntos
Se la puede ver
Tu alma quiere poseer
Dicen que viviĂł atormentada
Que su prĂncipe era
De los de prometer al meter
Y una vez yacido olvidar lo prometido
Y los nueve meses ni el pelo se dejĂł ver
Su nombre era Kelpie
La dama del amanecer
En la noche de los difuntos
Se la puede ver
Tu alma quiere poseer
Por conocer varĂłn fue condenada
Enterrada en vida entre muros, Kelpie muriĂł
Y desde ese dĂa su alma te guĂa
Hacia la posada donde le conociĂł
No beses su boca
Si a medianoche tĂş la ves
Pues si acaricias esos labios
Siempre morirás de pie
Entre los muros, ya hay ciento diez
Su nombre era Kelpie
La dama del amanecer
En la noche de los difuntos
Se la puede ver
Añora un amor tener
[Letra: Txus]
[MĂşsica: Ian Anderson]
[Arreglos: Mohamed, Carlitos y Frank]